Un Ecosistema es una comunidad de seres vivos y el espacio físico donde viven y se relacionan, es decir, que se encuentra formado por componentes bióticos (vivos) y abióticos (no vivos); que interactúan mediante flujos de energía.
Se señala que hay múltiples ecosistemas, sin embargo, se distinguen ocho (8) grandes ecosistemas (en este caso equivalentes a biomas) en el mundo. Estos son el bosque templado, el bosque lluvioso tropical, el desierto, la pradera, la tundra, la taiga, el chaparral y el océano.
Sin embargo, la creciente demanda humana por recursos: alimentos, agua, vestidos, medicamentos, plásticos, madera y combustible, es decir por más energía ha ocasionado cambios a los ecosistemas mundiales a una velocidad alarmante, lo que vinculado a la gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono, Metano, Oxido Nitroso, Hidrofluorocarbonos, Perfluorocarbonos, Hexafluoruro de Azufre por autos y actividades químicas, físicas e industriales, coloca al mundo desde 1972 bajo los estudios del Club de Roma, al borde en menos de 70 años de un cambio climático, sin precedentes en estudios anteriores que puede poner en peligro la existencia humana, tal y como la conocemos hasta ahora. Esa presión ocasiona que en 2005, se sostenga que 60% de los ecosistemas de la Tierra se están destruyendo o se estén usando de manera no sostenible.
La evaluación advierte que, a menos que se introduzcan cambios significativos en las políticas de los Estados, la sociedad Humana en su conjunto, los Países y Comunidades sobre el manejo de los recursos, las pérdidas en calidad de vida, y de la sobrevivencia humana, animal y vegetal serán irreversibles, aunque no se quiera llamar “Apocalipsis”, ya que siempre se confía en la voluntad y conciencia para pensar en formas de lograr el equilibrio entre potencia, selección, producción, consumo, distribución, realimentación y muerte. Sin embargo, sólo tomando en cuenta la situación actual de animales, se establece que entre el 10% y el 30% de los mamíferos, aves y los anfibios del mundo ya están en peligro de extinción. A su vez, 35% de los manglares del mundo han desaparecido y 20% de los arrecifes de coral, ha sido destruido (aunque también existe una regeneración no tan bien contabilizada).
Como resultado, el panorama mundial para 2050 (es decir muy pronto) proyecta un escenario tétrico: mayor escasez de agua, en especial en África, pocos territorios fértiles, nuevas enfermedades y exacerbación de erradicadas o prevenibles, colapso de abastecimiento alimentario en zonas que hoy disfrutan del mismo, desastres naturales y conflictos sociales. ¿Cómo será la situación en Venezuela? ¿Podremos revertir daños actuales y crear nuevos hábitos para preservar, conservar y más aún, renovar nuestros ecosistemas? ¿Sentimos los efectos? ¿Nos importa? ¿Cuáles hábitos cambiar?
En este sentido, mejorar la distribución y los patrones de consumo, reutilizar recursos, ayudar a conservar el agua, los bosques, los humedales, cuidar el ambiente, disminuir el uso de autos altos en consumo de gasolina, cambiar hábitos domésticos y valorar la naturaleza, y la energía, son algunos de los postulados para lograr procedimientos y practicas que contribuyan a disminuir significativamente las presiones energéticas y territoriales entre las personas y a otros organismos vivos. ¿Cómo hacerlo en concreto?¿Cuántos otros proyectos? Nos faltan entonces, mas iniciativas y tareas…
Se señala que hay múltiples ecosistemas, sin embargo, se distinguen ocho (8) grandes ecosistemas (en este caso equivalentes a biomas) en el mundo. Estos son el bosque templado, el bosque lluvioso tropical, el desierto, la pradera, la tundra, la taiga, el chaparral y el océano.
Sin embargo, la creciente demanda humana por recursos: alimentos, agua, vestidos, medicamentos, plásticos, madera y combustible, es decir por más energía ha ocasionado cambios a los ecosistemas mundiales a una velocidad alarmante, lo que vinculado a la gran cantidad de emisiones de dióxido de carbono, Metano, Oxido Nitroso, Hidrofluorocarbonos, Perfluorocarbonos, Hexafluoruro de Azufre por autos y actividades químicas, físicas e industriales, coloca al mundo desde 1972 bajo los estudios del Club de Roma, al borde en menos de 70 años de un cambio climático, sin precedentes en estudios anteriores que puede poner en peligro la existencia humana, tal y como la conocemos hasta ahora. Esa presión ocasiona que en 2005, se sostenga que 60% de los ecosistemas de la Tierra se están destruyendo o se estén usando de manera no sostenible.
La evaluación advierte que, a menos que se introduzcan cambios significativos en las políticas de los Estados, la sociedad Humana en su conjunto, los Países y Comunidades sobre el manejo de los recursos, las pérdidas en calidad de vida, y de la sobrevivencia humana, animal y vegetal serán irreversibles, aunque no se quiera llamar “Apocalipsis”, ya que siempre se confía en la voluntad y conciencia para pensar en formas de lograr el equilibrio entre potencia, selección, producción, consumo, distribución, realimentación y muerte. Sin embargo, sólo tomando en cuenta la situación actual de animales, se establece que entre el 10% y el 30% de los mamíferos, aves y los anfibios del mundo ya están en peligro de extinción. A su vez, 35% de los manglares del mundo han desaparecido y 20% de los arrecifes de coral, ha sido destruido (aunque también existe una regeneración no tan bien contabilizada).
Como resultado, el panorama mundial para 2050 (es decir muy pronto) proyecta un escenario tétrico: mayor escasez de agua, en especial en África, pocos territorios fértiles, nuevas enfermedades y exacerbación de erradicadas o prevenibles, colapso de abastecimiento alimentario en zonas que hoy disfrutan del mismo, desastres naturales y conflictos sociales. ¿Cómo será la situación en Venezuela? ¿Podremos revertir daños actuales y crear nuevos hábitos para preservar, conservar y más aún, renovar nuestros ecosistemas? ¿Sentimos los efectos? ¿Nos importa? ¿Cuáles hábitos cambiar?
En este sentido, mejorar la distribución y los patrones de consumo, reutilizar recursos, ayudar a conservar el agua, los bosques, los humedales, cuidar el ambiente, disminuir el uso de autos altos en consumo de gasolina, cambiar hábitos domésticos y valorar la naturaleza, y la energía, son algunos de los postulados para lograr procedimientos y practicas que contribuyan a disminuir significativamente las presiones energéticas y territoriales entre las personas y a otros organismos vivos. ¿Cómo hacerlo en concreto?¿Cuántos otros proyectos? Nos faltan entonces, mas iniciativas y tareas…
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