Con recursos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia sección Venezuela (Unicef),
el Proyecto Esperanza coordinado en Caracas por Giselle Quijano, solicitando el apoyo a
distintas organizaciones sociales como
Fundación Katia, Vecinos de Carapita, Junquito en Movimiento, Vecinos de la Cota 905, ForoSur, Consejos
comunales, organizaciones religiosas, han realizado
exitosas jornadas en las comunidades para el control del peso y talla, en el debido control y monitoreo del estado de nutrición de niños y niñas en Caracas.
Trasladándose a pie, en moto, jeeps, camionetas, carros y motos, durante casi mes y medio, un conjunto de voluntarias y trabajadores de la salud, enfermeras, médicos, nutricionistas, transcriptores, trabajadores sociales, y comunicadores, han realizado una ardua labor para activar la acción preventiva para el cuido de la salud de los niños y ayudar a detectar los casos de desnutrición en niños y niñas menores de 5 años.
En este sentido, el proyecto Esperanza empezó a trabajar por las comunidades consideradas mas desfavorecidas, empezando
por los barrios, aunque también teniendo atención en algunos urbanismos y urbanizaciones, se tomó el peso y talla de los niños y niñas, entre 1 mes a 5 años, haciendo énfasis en detectar a aquellos en
riesgo de desnutrición o con desnutrición moderada y aguda, asi como diagnosticar a aquellos en riesgo de sobrepeso, y en sobrepeso para su debido control. A los casos detectados, se les dió prioridad a los detectados con problemas de malnutrición, falta de peso y decaimiento, a los que se le suministra según su condición, un tratamiento complementario a la alimentacion basado en un alimento basado en crema de maní, completando niveles calóricos, y en el caso de las mujeres embarazadas o
lactantes dentro de los seis meses, con algunas vitaminas que contribuyen tanto al fortalecimiento de la madre como a la salud del infante. También se aprovechó para desparasitarlos, así como a niños de 5 a 14 años, y a algunos discapacitados, adultos y adultos mayores, que requirieron de este apoyo, en la imposibilidad de acceder en este momento al desparasitante por su cuenta.
El proceso de atención de la gente, se realiza generalmente en un tiempo de 5 horas, aunque las jornadas llegan a extenderse a 12 y 14 horas de labor continua, considerando el inicio de cada jornada y su cierre, ya que una vez recolectada la data, a veces en simultáneo, a veces luego de terminar la jornada con el público, se hace el proceso de transcripción, verificación de los datos, auditoria y hasta el seguimiento de casos, ya que a veces se cuenta con todos los equipos a mano, otras veces no. De este modo, en contraste a la estadistica lenta, aún con dificultades, en este tipo de jornadas se trata de documentar lo mas rapidamente lo que sucede, siendo que es un aprendizaje que debe nutrir a los equipos de intervención, y hospitalarios de lo importante de lograr y solicitar que se fortalezcan en forma permanente estos programas, en el debido trato, comunicación y atención de las personas en los centros de nutrición y salud, ya que finalmente estos son acciones temporales, porque este modo de prevención y remisión urgido, es fuerte de mantener. Por otra parte, los niños y niñas que resulten diagnosticados en Desnutrición Crónica, y que por tanto, se llegan a detectar en peligro de muerte, SON REFERIDOS PARA QUE SEAN ATENDIDOS EN LOS CENTROS DE SALUD DEL ESTADO, tanto como aquellos en Sobrepeso agudo a crónico por las complicaciones que a corto plazo pudieran presentar, como consecuencia de algunas otras complicaciones previsibles o para detener el desarrollo de Diabetes tipo II.
Sin duda, esta es una labor muy importante y loable, en un país lleno de contrastes, paradojas, tensiones y urgencias sociales, sanitarias, políticas, y económicas, viendo y procediendo en lo posible con entusiasmo, esperanza y compromiso, como en medio o superando las diatribas polìticas, la gente entiende que tenemos que tener una sensibilidad, conciencia y capacidad de encuentro en favor del cuido de los mas pequeños de la casa, nuestros niños! Gracias al proyecto Esperanza por permitirme participar de las actividades como observadora, talladora, registradora, en el cálculo del Z, como transcriptora, participe y testigo de los grandes esfuerzos por llevar una atención de calidad y oportuna a la gente, en Caracas, y que tengo entendido se está llevando a cabo en otras 7 entidades del país, esperando que todos los equipos en campo, tengan los recursos, la coordinación y la mistica de labor necesaria para llevar adelante esta acción en forma satisfactoria, y útil para el cuido de nuestra infancia.