En el día de ayer, pasamos algunas horas angustiantes, al enterarnos de la fuerte e innecesaria represión con la que trataron a la concentración de jubilados y pensionados frente a las oficinas del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), en Altagracia, cerca del Banco Central de Venezuela (BCV, donde agredieron a ancianos, maestras jubiladas, activistas sociales, periodistas y vecinos de la zona que se solidarizaron con quienes se movilizaron un vez más en forma pacífica por mejores condiciones de trato, pago y respeto a los derechos humanos que están siendo reiteradamente vulnerados en Venezuela.
Esta situación es inquietante, ya que los jubilados y pensionados, como muchos otros trabajadores venezolanos, se están viendo afectados por un ingreso inhumano, totalmente desfasado de la vida en otros países. Lamentablemente y como es ampliamente conocido en el Mundo, los Venezolanos hoy estamos sumidos en una economía de guerra, paralizada, destrozada e inestable que se vive en el pais, y con una carencia de referentes, mermados la orientaciòn política, dada la falta oportuna de medidas correctas desde quienes dirigen los destinos del pais para detener el deterioro de las condiciones de vida, mas allá de las politicas gubernamentales a buena parte de los hogares que reciben la caja del CLAP y los bonos del Carnet de la Patria, mas que resultan insuficientes ante una pauperrima remuneración al trabajo, que esta fijada en solo unos 2$ al mes, y que nos afecta a todos, ya que se calcula las personas en promedio en Venezuela, llegan a ganar o recibir por remesas como un máximo de 100$ y en forma honesta sin ganar mas de 200$ al mes en los mas altos cargos, ya que todo lo que este por encima de estas cifras muy posiblemente vinculados a otras actividades poco legales. Por lo que se entiende perfectamente la gravedad de la situación que afecta a las personas inactivas, discapacitados, enfermas, aisladas y con pocos familiares, con esa "pensión o jubilación" que es el quiebre a los ahorros y esfuerzos de generalmente una vida de trabajo, argumento para reconocer derechos a algunas personas que antes ni llegaron a cotizar formlamente, mas que mayormente trabajaron y que algunas incluso hoy trabajan para lograr sobrevivir, mientras ven cada día mermar su cuerpo, deteriorarse su salud, en gran parte abatidos por las circunstancias, y que por ello, a pesar del miedo ante la pandemia, se impulsan con las fuerzas de su voluntad y en nombre de Dios a exponer su situación antes que morir de mengua.
En respuestas a sus peticiones, lo que obtienen de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la Guardia Nacional y la Policia Nacional Bolivariana, todas en deshonra al nombre del Simón Bolívar, nuestro Libertador de la América del Sur, es represión, aunada a la que "ya es normal" porque es permitida por estar organizaciones, de acciones de grupos de paramilitres y parapoliciales, que se inflitran para golpear e intimidar en forma personalizada y grupal as manifestante, amenazarlos con armas o crear situaciones de violencia en el lugar, de modo justificar luego es la falta de respecto sostenida, la represión, violencia, agresiones, e injustificables detenciones.
Esta situación tan grave, y que se repite una y otra vez en Venezuela, cuando las enfermeras y mèdicos denuncian la escasez de implementos médicos, la insuficiencia de material para hacer limpieza, cuando maestros, docentes en lo publico y privados, develan las graves fallas en los pagos, y cuando los trabajadores petroleros, aduaneros y hasta jubilados de la justicia, llaman la atención sobre las graves situaciones que viven, lo que es necesariamente alarmante, aleccionador, humillante el estado de desespero en que estamos conviviendo. Vergonsamente, en muchas circunstancias solo queda exponer esta situación ante los organismos de protección de los Derechos Humanos y las instancias de derecho internacionales, dada la falta interna de acción y coherencia de los organismos del Poder Público en cuido, protección y defensa de la gente, del pueblo y la ciudadanía como tendrian que actuar el Ministerio Público, los fiscales, los defensores, y el Tribunal Supremo de Justicia, que prácticamente sin intervenir, ni sustanciar ni dar apoyo a los agredidos en la mayoria de los casos, persistiendo en muchas manifestaciones el robo de equipo personales y de trabajo, el maltrato a periodistas, comunicadores sociales certificados o informales, identificados, y en general, a bom bomberos, personal de la salud, y hasta a transeùntes, y en general, a quienes participan en las protestas de manera idónea, sin armas, solo portanto escapularios, carteles, megáfonos, banderas, pitos y sin antender en muchos casos a sus planteamientos y argumentaciones.
Ayer en particular, nos causó mucha rabia, angustia e inquietud conocer de las agresiones a todo el grupo y en especial, a dos periodistas amigos, que fueron detenidos por varias horas, Carlos Julio Rojas, y Boris Plotnikov, junto al Presidente de los Jubilados del Metro de Caracas, Juan Ovalles, que estuvieron unas 8 horas retenidos, y sin mayor comunicación, hasta que por sensatez o consideración de alquien que debe tener idea de lo que la sensatez, fueron liberados en horas de la noche. Desde ECORINA, reiteramos la urgente necesidad a las instancias políticas, dirigentes sociales, organismos gubernamentales, defensores de derechos humanos, comunicadores sociales, académicos, dueños de medios de comunicación, especialistas en resolución de conflictos, mediadores, estrategas policiales y militares, a reconocerse, reunirse para minimizar las constantes irregularidades, mal proceder, agresiones y violaciones a los derechos humanos que se evidencian en las protestas. Contenta de saber de la liberación de estos profesionales de la comunicación, a diferencia de otros dirigentes que siguen presos en forma polemica, como en el caso del politólogo Nicmer Evans o del dirigente gremial Rubèn González y que aún en medio de las tensiones, a diferencia de otros momentos sin presentarse heridos de gravedad ni fallecidos, como en otros momentos, solo que igualmente sigue siendo muy fuerte, inadecuada y poco racional la violencia que se usa para contener o disolver muchas de las necesarias manifestaciones de la gente en relacion a su descontento por las pauperrimas condiciones de vida a las que estàn siendo sometidos la mayoría de los Venezolanos, en comparación a groseros y descarados enriquecimientos de otros bajo la corrupción y la indiferencia ante la tragedia de sus connacionales. En el día del Natalicio de Bolívar, Vivan nuestros Abuelos y Abuelas defensores de la Vida! Vivan los Jubilados y Pensionados que protestan por sus justas reinvindicaciones y en cuido de las condiciones legales, políticas, económicas, sociales y culturales de todos!
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